La manera en que nos podemos movilizar en un laberinto, por la estructura que presenta, la podemos relacionar con nuestra propia vida en donde siempre tenemos metas a las cuales aspiramos a llegar (la salida del laberinto) y muchos caminos que parecieran conducirnos hacia ella. De esa manera es importante tener presente que podemos elegir el camino y que a pesar que nos equivoquemos contamos con la posibilidad de regersar y optar por otro.
Muchas veces se pueden presentar obstáculos que nos lleven a creer que jamás lograremos cumplir con lo que nos proponemos. Pero hay que ser optimistas y no bajar los brazos, aprender que lo que hoy veo como una traba mañana puede ser de gran ayuda para superar otras y por ello hay que intentar hacer hasta lo imposible por solucionarlo.
En nuestro caminar también podemos encontrarnos con personas que nos ayuden o acompañen a llegar a la meta, que son como guías que nos orientan hacia el camino que tenemos que seguir.
Así es la vida, un largo camino en cuyo andar no sabemos con que nos podemos encontrar, cuanto tiempo nos llevara, ni lo difícil que puede ser seguirlo, pero lo importante es tener presente que siempre existe una salida y que lo mejor de encontrarla es saber que fuimos por el camino correcto.
1 comentario:
Bien, Clara. Pero habría que mejorar algunos aspectos de la redacción. Lo veremos en clase. Empezá a trabajar con la nueva consigna. Marta
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